Cuando tan solo tenía 16 años estabas haciendo tu campaña en Petare y siguiendo tus pasos, corriendo específicamente me caí al suelo y mi mayor sorpresa fuiste tú quien me levanto, me apretó la mano y me dijo no corras hijo que pudo haber sido peor, desde ese día entro en mi cuerpo tu espíritu de lucha, desde entonces soy tu seguidor número uno, reprocho a Dios haberte llamado tan temprano falto mucho por hacer mi Comandante Eterno un abrazo desde aquí al cielo un soldado de tu linda y amada Patria seguimos rodilla en tierra Carajo.