Te recodaremos toda la vida, aunque no estés presente vives y vivirás siempre mientras estemos vivos. Nuestro presidente Nicolás Maduro, sigue tu ejemplo como tú le enseñaste y tú legado.
Somos dos camaradas amigas que estamos escribiendo esto y pensamos e intercambiamos ideas. Si no te hubiese ido, vieras todos tus logros y después de tantos años como a los 80 te retirabas y te ibas a tu tierra natal montado en un chinchorro, un cafecito bien caliente y un buen libro, yo pues la otra me iría contigo para hablar y habláramos bastante pues yo hablo mucho.
Dios te necesitaba y es él único que todo lo sabe, deseo que donde estés seas muy feliz, aquí estamos nosotros al pies del cañón, venceremos y no volverán ni en esta y muchas generaciones. Amén y amén.