Tu partida no fue más que física, porque espiritualmente vives en cada venezolano que enseñaste amar y cuidar la patria, esa patria de bolívar que tanto soñó con ser libre y soberana ; no te has ido comandante porque no hay día ni noche que no pensemos en ser como tú fuiste y serás un hombre grande, un gigante bondadoso y con amor para sus semejantes que no descanso ni ceso en ver la felicidad y el buen vivir de su pueblo de los más desasistidos, de esos que nunca fueron tomados en cuenta por anteriores gobiernos, vives hoy porque fuiste el hombre de las causas justas.
No hay nada ni nadie que nos borre tu recuerdo y tu legado de nuestra mente y de nuestros corazones, si Chávez te metiste en el corazón de cada uno de nosotros que vimos y seguiremos viendo en ti un ejemplo de lo que debe ser un ser humano, ese que se interesa por las causas ajenas del prójimo, por el bien común de sus semejantes y por el amor y los valores.
Hoy tu legado vive y está cada día más afianzado en los logros y continuidad de la revolución esa que nos enseñaste a cuidar y defender. No te fuiste mi comandante aquí sigues presente.